en pie de paz
Federico Mayor de Zaragoza
Pongámonos en pie de paz para:
• Evitar
la violencia en casa, en nuestro pueblo, en nuestra comunidad, en nuestro
Estado, en el mundo.
• Retomar
las riendas de la gobernanza mundial y que el mercado esté sometido a unos principios
éticos universales.
• Lograr,
en un gran movimiento mundial, la erradicación del hambre en el mundo,
adoptando acciones concretas en favor de los que hoy, mueren de hambre e
insolidaridad.
•
Coordinar eficazmente las acciones que impidan que niños y adolescentes se vean
condenados a la enfermedad, a la opresión, a la ignorancia, al padecimiento de
enfermedades que hoy ya pueden combatirse y prevenirse.
• Impulsar
la investigación científica, para que pueda hacerse frente en particular a las
enfermedades que diezman hoy a una buena parte de la humanidad que vive en
condiciones higiénicas de gran precariedad, mejorando en todo el mundo el
acceso a los sistemas sanitarios preventivos, curativos y paliativos.
•
Conseguir que la protección del medio ambiente y la observancia de la Carta de
la Tierra se convierta en un compromiso cotidiano de todos los ciudadanos del
mundo, de todas las autoridades municipales, de todos los parlamentarios y
gobernantes, asegurando la disponibilidad de medios apropiados y los mecanismos
de coordinación para hacer frente a las catástrofes naturales o provocadas.
•
Fortalecer rápidamente a las Naciones Unidas, dotándolas de los recursos
humanos y financieros necesarios para establecer los códigos de conducta
mundiales que sean precisos, mediante los correspondientes Consejos de
seguridad (medioambiental, cultural, económico, ético) y asegurar, en nombre de
todos, su cumplimiento.
•
Incorporar a las legislaciones nacionales las Declaraciones y Recomendaciones
más relevantes de las “cumbres” que, en la década de los noventa, abordaron las
distintas dimensiones de la educación, la ciencia, el desarrollo social, la
participación de la mujer, la tolerancia, el respeto y conservación de la
naturaleza, etc.
• Poner en
marcha, con todas las garantías necesarias para la eficacia de su acción, el
Tribunal Penal Internacional, con todos los mecanismos que aseguren el adecuado
y democrático funcionamiento del mismo.
En pie de paz, en favor:
• De unas
fuerzas de seguridad dotadas de los efectivos humanos y medios tecnológicos que
garanticen el cumplimiento de las leyes emanadas de los estados democráticos,
de tal modo que se reduzcan al mínimo, junto con las medidas antes mencionadas,
los focos de violencia y terrorismo.
• Del
desarrollo endógeno a escala mundial, con inversiones y transferencia de
tecnología que eliminen las presentes desigualdades.
• Del
establecimiento, con la colaboración de los centros universitarios y de
investigación, de las instituciones prospectivas que, a escala nacional e
internacional, permitan la necesaria anticipación, especialmente en fenómenos y
procesos de irreversibilidad potencial.
• De unos
medios de expresión de los ciudadanos de todo el mundo que puedan superar las
formidables barreras del poder mediático actual, y conseguir que sus voces,
propuestas y protestas puedan alcanzar a los gobernantes y parlamentarios.
• En pie
de paz, para acelerar la movilización popular por la no violencia, logrando que
las organizaciones y comunidades intelectuales, académicas, humanitarias y de
toda índole no sólo no permanezcan silenciosas sino que su clamor sea capaz de
iniciar los cambios de rumbo que son imprescindibles para que esclarezcamos los
horizontes, hoy tan sombríos, que legamos a nuestros descendientes.
Sabemos
bien el precio de la guerra. Es un precio muy superior al de la paz. Vamos a
prepararnos para la paz como en el pasado nos hemos preparado para la guerra.
Hemos vivido, en pie de guerra, una cultura basada en la fuerza.
“convirtamos
las lanzas en arados”
Transitemos hacia una cultura de paz, de diálogo y entendimiento.
Pongámonos en pie de paz.